Sí, definitivamente. Muchas veces la lentitud no se debe a virus o falta de memoria, sino al exceso de temperatura. Cuando tu notebook detecta que se está calentando demasiado (por suciedad interna o pasta térmica seca), activa un mecanismo de defensa llamado Thermal Throttling: baja la velocidad del procesador a propósito para evitar quemarse. Realizando este mantenimiento, eliminamos esa limitación y tu equipo recupera su velocidad y fluidez original inmediatamente.
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